Juventud divino tesoro …

Supongo que desde siempre el ser humano fantaseó con la idea de la juventud eterna, estoy segura de que no es algo nuevo. Me pregunto cómo habrán manejado este tema en la antigüedad, quizás con un poco de research podría averiguarlo…

Pienso y se me vienen a la mente un montón de cuentos que giran en torno a esto, en la mayoría de ellos algún personaje (en general la bruja malvada) con algún hechizo logra permanecer joven y radiante por siempre… Juventud divino tesoro dicen por ahí.

Fuera de los cuentos de hadas, o sea, en la vida real, la gente tiene presente que eventualmente va a envejecer. La idea aparentemente es que si uno llega a los 154 años lo haga luciendo joven, la gente invierte mucho tiempo, mucho dinero y muchas energías en mantener el cuerpo joven y la piel tersa como una losa, las arrugas son cosas de Satanás! Oh por Dios que cada cosa esté en su lugar como a los veinte años a cualquier costo….

En este proceso mucha gente termina con la cara de frente al viento, con una expresión de sorpresa constante en los ojos y la impresión que da es que en la nuca tienen un nudo marinero que mantiene todo “bajo control”.

Lo que me resulta más interesante de todo esto es que de alguna forma muchos tratan de mantener su cuerpo joven, pero se olvidan completamente de la mente, del espíritu, del corazón. Se olvidan de cuál es el motor de las sonrisas genuinas, de los sueños más profundos y de las ganas de alcanzarlos.

No quiero hacer de esto una emisión de un juicio de valor, está perfecto que la gente quiera lucir bien y joven y está bárbaro si algunos quieren hacerse un service cada año o si deciden ir a París a que los planchen como hizo Manuelita, pero no deberían olvidarse que por mucho que se esfuercen por la apariencia, si no poseen un espíritu joven, la mirada delata…. porque como ya es sabido, la mirada es el espejo del alma.

La idea quizás «cliché» pero a la vez poco tenida en cuenta, es que no cuidemos solo la carrocería, si a un auto lo mantenemos solo lindo por fuera pero no nos ocupamos del motor, corremos el riesgo de que nos deje caminando en el que pudo haber sido el mejor viaje de nuestra vida.

Entonces… Cómo es que se mantiene un espíritu joven?

La verdad es que me hice infinitas veces esta pregunta y se la hice a muchísimas personas que conocí, honestamente no tengo la respuesta, es que creo que para cada quien hay una fórmula distinta…

Soy afortunada porque pude conocer mucha gente que goza de un espíritu joven sin importar su edad, conocí jóvenes de 70 años y también tuve la suerte de conocer ancianos de 28… conocí mucha gente inspiradora por ‘a’ o por ‘b’, pude aprender algunas diferencias y pude contar alegremente unas cuantas características que se repetían en los unos y en los otros. 

Quizás no tenga la respuesta… pero definitivamente hay gente que me ha dado pistas para encontrar mi propio camino hacia tener y mantener un espíritu joven mientras transite por esta vida…
Encontré que entre las cosas que se repetían entre los jóvenes muchas eran obvias y entonces si son obvias porque tanta gente las pasa por alto?
… No lo se… esta ya sería otra pregunta distinta..

En fin, estas son las pistas que atesoré para que las miradas no pierdan su chispa:

Mantengamos el optimismo, que no nos gane el cinismo amargado tan presente en lo cotidiano. Que la llama del amor siempre arda en nuestro interior, amor a la vida, a los demás, a nosotros mismos…

Nunca dejemos de fascinarnos con la naturaleza, con las cosas simples, nunca dejemos de hacer un stop en nuestro camino al trabajo para respirar profundo y admirar el cielo, las flores, chiquitos divirtiéndose en alguna plaza.

Mantengamos viva al curiosidad, las ganas de aprender cosas nuevas y por sobre todo nunca dejemos de escuchar nuestro propio corazón, no dejemos nuestros sueños de lado, no los callemos con la rutina. No perdamos las pasiones y no nos olvidemos de jugar… no vivamos por inercia.

No nos olvidemos de reír a carcajadas por lo menos una vez por día, de cantar, de bailar, de sentir el pasto con los pies descalzos y disfrutar el viento en la cara…

Ojalá que quienes lean esto no piensen que no tienen tiempo en sus vidas ocupadas, que no piensen que es una locura parar camino al trabajo a para admirar el cielo…

… Porque si piensan eso quizás ya estén albergando un alma envejecida aunque tengan 25 años.